miércoles, 12 de octubre de 2011

Imagina...

Pongámonos en situación. Tú, yo, juntos. Uno al lado del otro...

Te voy a proponer un reto. Se trata de algo incómodo y al menos para mí desagradable. ¿Te atreves? Bien, empecemos.
Bésame, y una vez que lo hayas hecho quédate muy cerca de mí, tan cerca que hasta puedas sentir mi respiración. Ahora, imagina que ese beso que me has dado ha sido el último, que ya no habrá más, que cuando me veas por la calle no podrás venir corriendo a abrazarme porque ya no estaremos juntos, que no ocurrirán nunca más esas fantásticas madrugadas llenas de pasión, amor y risas, que ya no me contarás qué has hecho a lo largo del día ni me preguntarás cómo estoy para hacerme saber que te preocupas por mí, que no compartirás conmigo secretos inconfesables de los demás, que tu vida no será tan fácil por el simple hecho de que yo estoy en ella.
¿Lo has imaginado? ¿Sí? Pues ahora vuelve a besarme y despierta, porque eso que has pensado sólo era un sueño.
Esto que has experimentado, es a lo que yo le llamo ''miedo a perderte''.

No hay comentarios:

Publicar un comentario